Vende su medalla olímpica para salvar a una nena
La medallista olímpica quiere ayudar a la
familia de Zuzia, la nena enferma, que tiene grandes deudas a causa de
las operaciones a las que fue sometida la nena.
Zofia prometió a la nena que vendería la medalla que ganara en Londres y está cumpliendo su palabra, según publicó el 'NYdaily'.
La campeona conoce a Zuzia desde que nació y ruega para que pueda sobrevivir a la fibrosis quística, una enfermedad crónica que llega a ser mortal.
Zuzia fue sometida a cinco operaciones y su familia está asfixiada por las deudas por lo que la atleta polaca decidió sacrificar su medalla para obtener dinero suficiente.
La decisión de Noceti-Klepacka de subastar su medalla no es algo nuevo entre los deportistas.
Según la agencia AFP, hay cinco atletas que, tras subirse a lo más alto del podio olímpico, decidieron vender sus preseas doradas en la historia de los Juegos Olímpicos.
Mark Wells, Estados Unidos (Hockey - 1980), subastó su medalla por 310.700 dólares. La razón por la que se separó de su presea fue para pagar el tratamiento médico para aliviar una enfermedad genética que tenía.
Vladimir Klitschko, Ucrania (Boxeo - 1996), decidió venderla para ayudar a los niños ucranianos. La Fundación Hermanos Klitschko, que ayuda a los campamentos de chicos que se inician en el deporte, ganó $1 millón.
Anthony Ervin, Estados Unidos (Natación - 2000), subastó por casi 14.000 euros la medalla de oro que ganó en los 50 metros libres en las Olimpiadas de Sydney, para ayudar a las víctimas del tsunami del Océano Índico en 2004.
Otylia Jedrzejczak, Polonia (Natación - 2004), remató su medalla de los 200 metros mariposa por más de 80.000 dólares y benefició a una organización que ayuda a los niños polacos con leucemia.
Tommie Smith, Estados Unidos (Atletismo - 1968), fue un caso especial. Se encontró con una reacción negativa de los medios de comunicación cuando intentó subastar su medalla en 2010 para ayudar a una organización benéfica, porque algunos creían que el dinero era para él. Nadie pagó la puja mínima, que ascendía a algo más de 200.000 dólares, por lo que todavía conserva su presea.
Zofia prometió a la nena que vendería la medalla que ganara en Londres y está cumpliendo su palabra, según publicó el 'NYdaily'.
La campeona conoce a Zuzia desde que nació y ruega para que pueda sobrevivir a la fibrosis quística, una enfermedad crónica que llega a ser mortal.
Zuzia fue sometida a cinco operaciones y su familia está asfixiada por las deudas por lo que la atleta polaca decidió sacrificar su medalla para obtener dinero suficiente.
La decisión de Noceti-Klepacka de subastar su medalla no es algo nuevo entre los deportistas.
Según la agencia AFP, hay cinco atletas que, tras subirse a lo más alto del podio olímpico, decidieron vender sus preseas doradas en la historia de los Juegos Olímpicos.
Mark Wells, Estados Unidos (Hockey - 1980), subastó su medalla por 310.700 dólares. La razón por la que se separó de su presea fue para pagar el tratamiento médico para aliviar una enfermedad genética que tenía.
Vladimir Klitschko, Ucrania (Boxeo - 1996), decidió venderla para ayudar a los niños ucranianos. La Fundación Hermanos Klitschko, que ayuda a los campamentos de chicos que se inician en el deporte, ganó $1 millón.
Anthony Ervin, Estados Unidos (Natación - 2000), subastó por casi 14.000 euros la medalla de oro que ganó en los 50 metros libres en las Olimpiadas de Sydney, para ayudar a las víctimas del tsunami del Océano Índico en 2004.
Otylia Jedrzejczak, Polonia (Natación - 2004), remató su medalla de los 200 metros mariposa por más de 80.000 dólares y benefició a una organización que ayuda a los niños polacos con leucemia.
Tommie Smith, Estados Unidos (Atletismo - 1968), fue un caso especial. Se encontró con una reacción negativa de los medios de comunicación cuando intentó subastar su medalla en 2010 para ayudar a una organización benéfica, porque algunos creían que el dinero era para él. Nadie pagó la puja mínima, que ascendía a algo más de 200.000 dólares, por lo que todavía conserva su presea.
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