viernes, 14 de diciembre de 2012

Una pericia señala que Sonia Molina aceptaba ayunos y golpes

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El escrito, publicado por el portal La Brújula 24, está fechado el 3 de diciembre y fue realizado por la psicóloga Marianela Parenti, jefa de Salud Mental del Hospital de Coronel Suárez. Allí se indica que “Molina detalla con poca afectividad todo lo ocurrido”. 
La afectividad no es una función psíquica especial, sino un conjunto de emociones, estados de ánimo, sentimientos que impregnan los actos humanos a los que dan vida y color. 
“Yo venía preparada para esto a Suárez. Yo estaba de acuerdo en realizar ayunos”, señaló Molina, según menciona el informe.
Para la profesional “todas estas acciones realizadas por la víctima estaban justificadas por motivos religiosos. Sonia aceptó no quejarse, no gritar y no pedir que dejaran de golpearla. Actualmente no posee sentimientos de bronca-rencor contra el matrimonio Olivera”.
Más adelante, se informa que Sonia es “es impulsiva, dependiente e influenciable. Y que puede establecer vínculos patológicos y obsesionarse con una persona”.
“Aceptó los golpes”, sostiene la psicóloga y afirma que “Sonia admite haber llegado muy lejos en su intento de demostrar los engaños y estafas de Olivera”.
El resultado de la pericia está en sintonía con la estrategia defensista desplegada en las últimas horas por Olivera, quién dijo a la prensa que la mujer estaba "obsesionada" con él y que "defecó y orinó" en su casa cuando le dijo que se había casado.
En una entrevista concedida en la cárcel a varios medios, el imputado reiteró que es "inocente" y que confía en que los resultados de los peritajes psiquiátricos lo beneficiarán tanto a él como a su mujer, la periodista Estefanía Heit.
Según Olivera, cuando Molina llegó a su casa para vivir con ellos "primero hablaba de Dios y después decía que estaba enamorada" de él porque se parecía mucho a su ex marido.
"La misma obsesión que empezó a tener conmigo la tuvo con el ex marido. Ella le hizo una denuncia similar a él ante una jueza de Paz de Río Colorado, dijo que estuvo cautiva con su mamá en un ranchito", afirmó Olivera.
Según el falso pastor, "hablaba muy mal de él, decía que no le pasaba dinero a la hija, que la golpeaba", pero cuando le pidieron  que lo grabara cuando la maltrataba, nunca lo hizo.
Olivera afirma que Molina le contó esta situación a una psicóloga y que esto está grabado en una computadora de las que fueron secuestradas por orden de la fiscal del caso.
"Ella dijo que Dios le había dicho que ella iba a ser mi esposa y cuando le mostramos la libreta de casamiento fue cuando más se enloqueció, empezó a hacer más cosas, defecó y orinó en nuestra sala y dijo que habían sido los perros", relató el supuesto pastor.

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